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Entre los 10 y los 14 años de edad, tu cuerpo decide por sí solo que es tiempo de crecer. Pero no hay nada que temer. La pubertad es un cambio físico que tiene lugar cuando te convertís en adulto, Y de hecho, ¿quién quiere ser niño para siempre?
Detengámonos aquí entonces un momento, porque durante la pubertad, tu cerebro libera sustancias químicas conocidas como hormonas. Las hormonas pueden provocar cambios en el cuerpo, como por ejemplo definir aún más tu cintura y caderas y aumentar el tamaño de tus senos. También provocan el crecimiento de vello púbico y, por supuesto, tu primera menstruación.
La pubertad es bastante impredecible e incluso los varones deben atravesar esta extraña etapa. La buena noticia es que todas las personas del mundo atraviesan esta etapa en algún momento en particular de sus vidas - y así podés estar segura de que también deberás enfrentarte a ella.
Una vez comenzada la pubertad, tu primera menstruación no tardará en llegar. Todo va a estar bien; es sólo una parte de tu ciclo mensual. Pero los períodos menstruales son los que reciben la mayor atención, dado que es el momento en que se produce el sangrado vaginal. El ciclo menstrual se divide en cuatro etapas (no te preocupes, no te tomaremos examen después de esta explicación):
- Etapa 1: Tu ciclo comienza cada mes cuando el útero forma una capa nueva de tejido rico en sangre. Así tu organismo se prepara para un posible embarazo.
- Etapa 2: La siguiente etapa es la ovulación, cuando un óvulo es expulsado por uno de los ovarios y viaja hasta llegar al útero.
- Etapa 3: Si el óvulo se encuentra con un espermatozoide en su camino al útero y se produce la fertilización, quedarás embarazada. En caso contrario, tu organismo eliminará la capa de tejido rico en sangre no utilizada del útero. En este momento tendrá lugar tu período.
- Etapa 4: Tu período comienza y el sangrado continuará de 3 a 7 días. Pero no te preocupes, perderás menos de 20-60 ml, es decir: ¡4 a 12 cucharaditas!
Todas estas etapas conforman un ciclo que se repetirá cada mes, salvo que quedes embarazada o hasta que se inicie tu menopausia. Por lo general, esta fase tiene lugar cuando una mujer llega a los 40 años de edad, puede variar entre una persona y otra, y marca la finalización de su ciclo reproductivo.
La mayoría de las mujeres presentan ciclos menstruales regulares una vez cada 28 días aproximadamente. Al iniciarse los períodos, pueden transcurrir entre tres semanas y seis semanas entre uno y otro. También pueden ser irregulares, y durar tan solo 21 días o hasta 40 días como máximo. Finalmente, el patrón se irá regularizando y para entones, te sentirás como una experta.
Si querés estar más segura, prepará un calendario de tus períodos. Marcá simplemente el primer día de tu período y la fecha de inicio del siguiente. Contá la cantidad de días entre las dos fechas, y obtendrás la cantidad de días de tu ciclo menstrual. Así, podrás realizar un seguimiento de tu próximo período menstrual y llevar toallas Siempre Libre® contigo para estar preparada los días previos al período y así evitar sorpresas.
Una "toalla sanitaria" o "toalla femenina" significa simplemente una toalla absorbente que usas con la ropa interior durante tu período para absorber el sangrado vaginal. De acuerdo con tu flujo menstrual y tus preferencias, te recomendamos que elijas una toalla de espesor, longitud y absorción apropiados.
El uso de una toalla sanitaria es sencillo. A continuación se incluyen los pasos que necesitás saber:
- Retirá el papel adhesivo de la parte posterior de la toalla y colocala sobre la ropa interior
- Si tiene alas, retirá el papel adhesivo de las alas. Ajustá las alas a los costados de la ropa interior y presioná para adherirlas.
- Antes de arrojar la toalla al cesto, enrollala en papel.
- No arrojés la toalla al inodoro, ya que podría taparse.
Recordá que para mayor comodidad y para evitar olores, lo único que tenés que hacer es cambiarte la toalla cada un par de horas.
Al igual que la mayoría de las cosas, depende. Debés saber que aunque tu sangrado pueda parecer muy abundante durante el período, la mayoría de las chicas pierden entre 4 y 12 cucharaditas de sangre durante un período menstrual promedio, lo que en realidad no es mucho.
Podés cambiarte la toalla por lo menos cada 4 horas, pero es posible que al comienzo del período, el sangrado sea más abundante y que debas cambiarte cada 2-3 horas.
Te acostumbrarás a la frecuencia en que necesitás cambiarte la toalla tan pronto como te adaptes a la intensidad de flujo del período. Pero no te preocupes: Siempre Libre® te ofrece una amplia variedad de niveles de seguridad, para garantizarte una protección del 100% y un 0% de pérdidas
Lo primero que debés saber es que todas las mujeres presentan flujo vaginal. Y no es nada grave. En realidad, es algo bueno. Este líquido ligero de color claro contiene células viejas - es en realidad tu cuerpo que se limpia y cuida a sí mismo. La cantidad de secreción depende del momento de tu ciclo menstrual. Es más común al comienzo y al final del ciclo. Pero si provoca irritación, dolor, o si notás un olor desagradable, entonces te recomendamos que consultes al médico, dado que esto podría indicar una infección vaginal.
El sangrado entre un período y otro, o "sangrado vaginal entre períodos", puede presentarse por diversos motivos, que por lo general no son graves. A partir del momento de tu primera menstruación, el ciclo menstrual puede ser irregular por algunos meses o incluso años. Los cambios hormonales en tu cuerpo aún se están estabilizando y pueden provocar sangrado vaginal entre períodos. Si el sangrado no es excesivo y no continúa por un largo tiempo, posiblemente no sea un problema. Si notás que el sangrado vaginal se prolonga y es cada vez más frecuente, consultá a tu médico.
Si tenés una vida sexual activa, el sangrado vaginal después del acto sexual puede indicar una infección de transmisión sexual (ITS). También puede indicar que estás embarazada actualmente o que estuviste embarazada en forma reciente. En este caso, también te recomendamos que consultes a tu médico.
Después de tu primer período, no ansiarás que llegue el siguiente, pero tampoco será tan malo. Algunas veces sentirás cólicos en la parte baja del abdomen. Pueden ser leves o muy dolorosos y no necesariamente serán los mismos todos los meses. Otras veces, te sentirás bien. Hay otra cosa con la que las mujeres aprenden a convivir: el SPM.
El SPM (síndrome premenstrual) es un grupo de síntomas que tienden a presentarse alrededor de dos semanas antes del período. Esos síntomas pueden ser físicos y psicológicos y, al igual que los cólicos menstruales, pueden variar entre un mes y otro. La buena noticia es que el SPM llega a su fin, por lo general, cuando comienza el período.
Una vez que conozcas tus síntomas habituales de SPM, podrás manejarte mejor durante esta época. Los síntomas comunes incluyen:
- Acné
- Hinchazón abdominal
- Dolor en los senos
- Aumento de peso
- Problemas de concentración
- Dolor de cabeza/de espalda
- Ansiedad por la comida/exceso de comida
- Fatiga
- Tristeza
- Irritabilidad
- Ansiedad
- Cambios de humor y/o depresión
Pero, ¿sabías que tu alimentación puede ayudarte a evitar o reducir el impacto de estos malestares?
Podés aprender más sobre esto leyendo “Qué comer para el SPM”.
El cambio frecuente de las toallas es una forma sencilla de librarse de los temores y los olores. El sangrado menstrual tiene un olor desagradable al entrar en contacto con el aire. Por lo tanto, podés evitar el olor vaginal durante el período cambiándote las toallas con frecuencia (por lo menos cada 4 horas) y con mayor frecuencia, si el flujo es intenso. Si lo hacés y mantenés una higiene adecuada, no debería haber olores desagradables. Recordá, además, que Siempre Libre® te ofrece una amplia gama de toallas femeninas con extractos de fibras naturales que ayudan a neutralizar los olores para que te sientas fresca y segura durante todo el día.
Un tampón es otra cosa que puedes usar durante el período. Es un tipo de protección menstrual fabricado con algodón o rayón que se inserta en la vagina para absorber el flujo menstrual durante el período. Un tampón funciona ajustándose de manera anatómica dentro de la vagina donde hay muy pocos nervios sensoriales. El tampón se expande dentro de las paredes de la vagina al absorber el flujo menstrual.
Y no te preocupes porque el tampón pueda perderse dentro de tu cuerpo (todas las mujeres sienten este temor al principio). La abertura de cuello del útero es demasiado pequeña como para permitir el ingreso de un tampón. Y un tampón tiene un hilo pequeño en uno de los extremos para que sea más sencillo quitarlo.
Para obtener más información, visitá o.b.
Los protectores diarios son como una prenda de ropa interior de repuesto que puede cambiarse en cualquier momento del día. Los protectores diarios están destinados a utilizarse entre períodos para absorber la secreción natural de la vagina y brindar una sensación de frescura e higiene durante todo el día. También pueden utilizarse como "respaldo" en la ropa interior hasta que te sientas plenamente cómoda utilizando sólo el tampón.
El protector diario es tan simple de usar como la toalla femenina: sólo debes retirar el papel adhesivo de la parte de atrás del protector y colocarlo sobre la ropa interior. Antes de arrojar el protector diario al cesto, enrollalo en papel. Recordá no arrojarlo al inodoro - podría taparse.
Para obtener más información, visitá Carefree