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La piel deshidratada es fácil de reconocer. Ya que el deterioro del colágeno producido por la falta de hidratación, genera líneas finas en tu piel, sensación de tirantez, piel inflamada y sequedad.
Se produce por la exposición al frío, la baja humedad ambiente y la falta de hidratación.
Lo que sucede es que las enzimas de la piel no están recibiendo la cantidad de agua que necesitan para funcionar y por eso su efectividad disminuye
Seguramente ya lo escuchaste, pero no está mal repetirlo: el 70% de tu cuerpo es agua.
Generalmente los hombres tienen más agua que las mujeres y la obesidad disminuye su presencia en el cuerpo. Podríamos vivir durante semanas sin alimento, pero sin agua, solo sobreviviríamos unos pocos días.
Sin embargo, hay un concepto común que dice que tomar una más de los 6-8 vasos diarios recomendados opera maravillas en la piel y en el cabello. Esto no es cierto.
Si bien es verdad que tener sed durante mucho tiempo afecta la tonicidad y la textura del cutis, la ingesta excesiva de líquido no tiene ningún efecto sobre el aspecto de la piel o del cabello.
Ya que está comprobado que el cuerpo desecha el exceso de agua mucho antes de ser transportada a la piel a través de la circulación.
El verdadero factor determinante de la hidratación de la piel es la cantidad de aceite que contenga. Porque, propio de la persona o de un humectante, el aceite bloquea el agua y retarda su evaporación de la piel.
Los humectantes son muy buenos para el cuidado de la piel.
Su uso constante te ayuda tener la piel más suave, más húmeda y menos seca. También ayuda a reducir las líneas finas y a preservar el contenido de agua de la piel en el estrato córneo, es decir la camada superior de las células cutáneas muertas que se desprenden constantemente y se renuevan cada 20-28 días.
Pero, como el estrato córneo cambia, los beneficios del humectante son sólo temporales. Por eso es necesario aplicarlo todos los días.
El mejor momento para aplicarte cremas humectantes es después de la ducha, con la piel húmeda.
Esta humedad permite que el hidratante se adhiera mejor a tu cuerpo. Como los poros todavía están abiertos y tu piel está limpia, la crema se absorbe mucho mejor.
Y si querés tener aun mejores resultados, antes de ponerte la crema, secá tu piel con golpecitos suaves en vez de frotarla con la toalla. Vas a ver como el efecto humectante se intensifica y tu piel se pone más linda y fresca.
Lo mejor que podés hacer con la deshidratación es evitar que suceda:
- Evitá los ambientes calefaccionados y los cambios repentinos de temperatura y aumentá la humedad del ambiente con plantas o con un humificador de vapor fresco.
- Date duchas no demasiado calientes con la puerta cerrada la para que la humedad no se disperse. E inmediatamente después aplicá tu crema humectante/hidratante para sellar la humedad que tu piel acaba de absorber.
- No olvides que tu piel también se cuida por dentro. Tomá dos litros de agua por día y ayudá a tu dieta con cápsulas de aceite de pescado, chia y lino.
Muchas veces, sobre todo en invierno, nuestra piel se seca más de lo habitual.
Es que la calefacción puede reducir la humedad al 20% o menos y eso es un 30% menos de lo óptimo para tu piel. El resultado es una sensación de sequedad y picazón especialmente en brazos y piernas.
Adicionalmente, las duchas y los baños de agua muy caliente, barren los aceites naturales de la piel y absorben su humedad natural.
Lo recomendable es usar una temperatura un poco más baja y seguir con tu rutina de humectación.